Les copiamos a los norteamericanos lo de los centros comerciales (lugares repletos de tiendas, con sitios de comida rápida, y como una forma de entender el ocio basada en comprar, comprar y comprar), y ahora probablemente les imitemos a ellos también en la forma de reorientar los centros comerciales, que al parecer, pueden desaparecer si no se adaptan a los nuevos tiempos. Ya no solo se trata de la amenaza de la compra online, sino de la manera en que entendemos nuestro ocio y nos gusta pasarlo bien. ¿Cuál es el futuro de los centros comerciales?
En sitios como Bilbao, los centros comerciales muchas veces se convierten en un refugio para los días de lluvia, sobre todo si tienes niños. Lo que hace que muchas veces estén saturados y resulten muy agobiantes.
Para las tiendas, estar en un centro comercial no siempre es garantía de grandes ventas. Pasa mucha gente por delante, sí, ¿pero compran o se dedican a mirar? Así que es normal que muchas cierren y salvo algunas como Zara, Primark, o Bershka, no siempre compensa el altísimo alquiler que les hacen pagar en estos sitios.
Además hay centros comerciales que por su ubicación o diseño poco cómodo para pasear no terminan de triunfar. En Bilbao tenemos los casos de Zubiarte o Bidarte. Muchas veces están desiertos (o por los menos no tan llenos como para que resulten rentables).
Según este artículo de Fashionista, y las declaraciones del analista Jan Kniffen, un tercio de los centros comerciales de Estados Unidos desaparecerán tarde o temprano. Solo sobrevivirán los que se transformen y entiendan que la experiencia de acudir al centro comercial tiene que merecer la pena para que la gente salga de casa y acuda a estos paraísos de las compras.
¿Y cómo cambiarán los centros comerciales? Pues algunos se convertirán en viviendas, ¿qué os parece?
Lo que hace que un centro comercial triunfe puede ser muy diferente de un sitio a otro: un centro comercial enorme con miles de tiendas puede ser una gran manera de convertirte en punto de encuentro en una ciudad donde no hay muchas tiendas en el centro. En cambio, si tienes un centro de la ciudad muy animado, la gente no saldrá hasta el centro comercial a no ser que éste suponga un remanso de paz o sea un sitio pintoresco. Eso sucede en las Rozas Village, decorado a modo de pueblecito en el que comprar tranquilamente fuera del ruidoso centro de Madrid.
También es vital conocer el tipo de público de tu zona: ¿comprarán en tiendas caras o en tiendas low cost? El tipo de tiendas de cada centro comercial debe ser más o menos similar.
Los centros comerciales deben ofrecer una propuesta de ocio completa, no solo de compra: moda, tiendas, restaurantes y bares (ya no solo de comida basura, sino acercándose más hacia lo sano y saludable), gimnasios, centros de wellness, ocio y entretenimiento.
Puede haber cines, actividades deportivas, actividades infantiles, hoteles, sitios para tomar el sol, descansar en el césped, salas de juegos, y mucho más. La gente tiene que poder estar relajada y cómoda para dedicar tiempo a comprar con calma. En algunos centros comerciales no hay ni sitio para sentarse para que estés todo el tiempo de pie, comprando, pues eso es lo que debe cambiar. Hay centros comerciales a los que acuden turistas por lo especiales y diferentes que resultan, por su espectacular arquitectura o por sus tiendas únicas ¿no? Pues ese debería ser el objetivo de todos los centros comerciales.
Foto: Unsplash.
Me parece muy interesante! No me gustan los centros comerciales, solo si voy a comprar, pero eso de ir a pasar la tarde... nunca lo he entendido!
ResponderEliminary también dudo que sea tan rentable para las tiendas pequeñas...
Lo que me encanta son los mercados remodelados al estilo San Miguel, San Ildefonso...
besos,
Muchas gracias Julia, la verdad es que con niños y en días de lluvias yo sí que he ido a pasar la tarde al centro comercial ¡y es el horror! Los mercados que comentas son geniales, se han puesto de moda y ahora hay en todas las ciudades grandes.
EliminarYo si voy al centro comercial de mi pueblo es porque aprovechamos para ir al cine y luego cenar allí o porque necesito algo concreto. Eso sí, huyo los sábados por la tarde. Lo que sí echo de menos es más sitio donde sentarse y al final eso les pasará factura creo yo. Recuerdo haber estado embarazada y querer sentarme y sino era tomando algo no había opción (eso antes que los sillones de masaje que nadie hace servir apareciesen).
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