Estamos acostumbradas a vestirnos de una manera determinada y nos cuesta mucho cambiar la imagen que tenemos de nosotras mismas en la cabeza a la hora de comprarnos ropa nueva. Y ahora me estoy enfrentando a un importante cambio de figura que supongo que irá a más. Y no, no estoy embarazada. Por la edad, supongo que será la premenopausia. Antes yo tendía aengordar de caderas y de cartucheras, ahora bien, presumía de una cintura de avispa bastante envidiable. En cambio, ahora tengo las piernas mucho más delgadas y tonificadas, pero me cuesta mucho más abrocharme los pantalones en la cintura.
Cero dramas, son cambios inevitables y que me tomo con humor. Cuando estuve embarazada se me hizo raro tener tripón, pero me hizo mucha ilusión poder presumir de escote. Y ahora toca otro tipo de cambios.
La cuestión es que nos cuesta cambiar el chip a la hora de elegir ropa. Pero nos pasa muchas veces, que siempre tendemos a lo de antes y lo de antes no siempre vale. Por ejemplo, cuando engordamos, seguimos insistiendo en elegir la talla de siempre, aunque veamos en el probador que vamos embutidas. Olvídate de eso, la talla es solo un número, elige la que te siente bien.
También nos pasa con las modas y las tendencias. ¿No veis mujeres que cuando se arreglan y salen de noche se visten con la moda que se llevaba cuando ellas tenían veinte años y salían de fiesta (y que ahora resulta pasadísima de moda)? Somos animales de costumbres. También hay gente que da igual que pasen décadas, no evolucionan en su manera de vestir, da igual que cumplan 30, 40 o 50.
Y es que esa es la clave: EVOLUCIONAR. No tienes porqué renunciar a ciertas prendas o maneras de vestir si te gustan, por muchos años que cumplas, pero si te gusta lucir sexy, igual puedes elegir el foco en otro punto y seguir siendo una mujer sexy (por ejemplo, luciendo un escote vertiginoso en lugar de un vestido entallado). Puedes seguir vistiendo a tu estilo, con tu personalidad, pero adaptándote a los cambios de tu cuerpo.
Por si estáis en la misma fase que yo (o tarde o temprano llegaréis a ello) os cuento las cosas que estoy probando. Antes elegía prendas ajustadas en la cintura, pero amplias en el resto (por ejemplo, las faldas de vuelo eran mis favoritas). También me sentaban bien los pantalones altos de cintura, y no demasiado pitillo, pero ahora me siento algo incómoda con ellos.
Igual son prendas a las que quizás tengo que renunciar ahora que estoy engordando de cintura, pero estoy recuperando prendas con las que antes no me atrevía. Por ejemplo, las minifaldas. Y Tina Turner las siguió utilizando con éxito hasta los 73 años, que se retiró de los escenarios. Tampoco tengo sus piernas, pero de momento, puedo permitirme usarlas y antes no me veía bien con ellas.
Otra cosa que me encanta de mi nueva yo es el pechamen. Toda la vida con complejo de poco pecho, y mira, algún kilo de más ha obrado el milagro. Los escotes me sientan de muerte. Por cierto, aprovechad a echaros piropos a vosotras mismas. Como dice la fantástica letra de Flowers de Miley Cyrus, me puedo comprar flores para mí y quererme mejor de lo que tu hacías. Pequeño inciso musical para animar la tarde.
I can buy myself flowers
Write my name in the sand
Talk to myself for hours
Say things you don't understand
I can take myself dancing
And I can hold my own hand
Yeah, I can love me better than you can
La ropa amplia también puede resultar también elegante y femenina. Es cuestión de probar enfrente del espejo y reinventar tu nueva yo, sin perder tu esencia, pero adaptándote a los nuevos cambios.
Prueba alguna prenda extravagante y elegante que siempre descartabas cuando ibas de compras, igual ha llegado el momento de darle una segunda oportunidad.
¿Alguna más se enfrenta a una nueva etapa con cambios en su figura y en su vestuario, sea por los motivos que sea?
Fotos: Style du monde.
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